Cuidar la imagen del terruño, del espacio solariego donde está escriturada el acta de confirmación de cada familia, es un pacto solidario con la historia, con el presente y con el futuro, para que Cajeme avance en sus sueños de crecimiento, de progreso compartido.
Bernardo Elenes Habas
El presidente municipal, Javier Lamarque, le apuesta a Cajeme.
El Municipio, es parte de su pasión humana y política, porque quiere cumplir a sus familias, sus sectores sin distingos, su compromiso de reconstruir el tejido social, de reencontrar el objetivo dimensional de la paz y reafirmar los puentes que conduzcan al progreso compartido.
Lamarque reunion nov2024Y no quita el dedo del renglón, alentando la confianza entre la ciudadanía para que el horizonte positivo que marque el devenir de Cajeme, con el espíritu de lucha, trabajo y optimismo en el presente y el futuro que siempre ha caracterizado a esta comunidad, no se pierda, buscando ganarle terreno a sentimientos derrotistas que jamás han sido parte de la idiosincrasia de los cajemenses.
Lo dijo ayer, con vehemencia, durante el espacio de comunicación con representantes de la prensa, resaltando su insistente siembra en la conciencia ciudadana, anhelando cambiar la perspectiva pública de Cajeme, para que sea lo bueno, lo positivo, no los ánimos derrotistas y amargos, lo que sobresalga, de tal manera que la comunidad, el Municipio que está próximo a cumplir 97 años el próximo 29 de noviembre, continúe teniendo siempre luz propia.
Como Alcalde, pues, está haciendo el trabajo que le corresponde, no solamente en lo material, dándole dimensión a obras de infraestructura urbana, al reforzamiento de la imagen municipal capaz de despertar confianza en nuevos inversionistas locales y foráneos, sino también insistiendo para que florezcan los valores subjetivos de respeto, honestidad, convivencia humana, paz social, de tal manera que la comunidad crezca no solamente en lo material, sino que muestre la transparencia sana de su alma de pueblo, sin “el desánimo y la autoflagelación” que encaminan torcidamente a competir sobre qué municipio, qué población es más mala, más negativa a nivel nacional y hasta mundial.
Desde luego, cuidar la imagen del terruño, del espacio solariego donde está escriturada el acta de confirmación de cada familia, es un pacto solidario con la historia, con el presente y con el futuro, para que Cajeme avance en sus sueños de crecimiento, de progreso, para que la educación se consolide, para que la salud persista en cada ser humano con calidad y calidez, para que el trabajo bien remunerado se traduzca en bienestar familiar, vivienda y alimento sobre la mesa, y las presentes y nuevas generaciones reconozcan y valoren el esfuerzo de sus mayores, sumando con emoción sus propias aportaciones, para que el futuro se abra espléndido y plural como un día venturoso.
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Le saludo.