CUANDO DESPERTÓ, EL DINOSAURIO TODAVIA ESTABA ALLÍ.

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El día de ayer, un querido amigo me enviaba un mensaje manifestándome su impresión de que ya habíamos conseguido (fácilmente)  que el 80% de la población hubiera adquirido inmunidad contra el SARS-CoV-2, vía infección o vacunación… la ansiada inmunidad colectiva,  más conocida como inmunidad de rebaño (de manada, dijo la ocurrente). Esta es mi respuesta a su mensaje, misma que comparto con Ustedes. 

La adquisición de ésta inmunidad protectora es sin duda, el anhelo de las autoridades sanitarias de todos los países del orbe, pero por desgracia, su obtención aún está lejos, tanto a nivel global como nacional y local. 

El 4 de febrero pasado, la Universidad Autónoma Metropolitana, publicó en su Boletín Nº 054, que de acuerdo a estimaciones de su Departamento de Economía en la Unidad Iztapalapa, el punto en el que por fin se llegaría a cero contagios de SARS-CoV-2 en México se alcanzará en la primera semana de octubre de 2022, de acuerdo al Modelo Evolutivo COVID-19 de dicha institución educativa (http://www.comunicacionsocial.uam.mx/covid-19/boletines-c19.html).

A similar conclusión a nivel global ha llegado el magnate fundador de  Microsoft Bill Gates, en una declaración hecha al periódico polaco Gazeta Wyborcza y a la cadena de televisión TVN24. (https://www.infobae.com/america/mundo/2021/03/25/el-fin-de-la-pandemia-bill-gates-anticipo-que-el-mundo-regresara-completamente-al-normalidad-en-los-ultimos-meses-de-2022/)

Así, tanto desde la perspectiva de nuestra institución académica, como a través de la información privilegiada que el multimillonario pueda tener, estamos a poco más de un año de conseguir hacer realidad la deseada inmunidad protectora. Y si bien (diría el relativista) que un año es poco tiempo, el gustoso de la mediciones absolutas le respondería que un año, es un año… poco más de un año, para ser precisos. 

Pero para poder hacer tangibles semejantes predicciones, hay que tener en cuenta que puedan cumplirse sus supuestos. Nadie en su sano juicio puede considerar casarse, si no cuenta con una pareja, ni en hacer una tortilla de harina en ausencia de una fuente de calor a pesar de tener toda la materia prima requerida (harina, sal, agua, manteca). 

A principios de año, Michael Osterholm, director del Center for Infectious Disease Research and Policy en la University of Minnesota, fué entrevistado en el programa de la NBC, Meet the Press. En esa ocasión hizo referencia a cuatro variables que pueden incidir en que el control de la enfermedad se nos pudiera salir de las manos (https://espanol.medscape.com/verarticulo/5906613):

  1. El aumento en las mutaciones del virus
  2. La posibilidad de re-infecciones
  3. El retraso en las campañas de vacunación
  4. La relajación en las medidas de prevención

Si bien no es éste el lugar para discutir en detalle cada uno de éstos puntos, cabe hacer algunas consideraciones indispensables. La realidad que vive India en la actualidad es una situación que nos obliga a tener en cuenta la sentencia popular en relación a no decir que “de ésta agua no beberé”. Mi profesor de microbiología decía (y decía bien), que los virus saben más virología que nosotros. Tenía razón. Algunas de las mutaciones que ellos despliegan generan incremento en sus tasas de transmisión; otras por su parte lo hacen en su tasa de letalidad. La respuesta ante las mutaciones por parte de las vacunas disponibles a la fecha resulta turbadora, ya que está bien demostrada la reducción de la eficacia de algunas de ellas ante las mutaciones. Aunque los laboratorios realizan ajustes a lo anterior, resulta algo similar a tapar el pozo después de que ahogó el niño. Y en tiempo que dura éste proceso, no es uno que se ahoga sino varios. Una mayor vigilancia genómica será necesaria, y ésta no será igual en los países desarrollados en contraste con los que no lo son. 

El retraso en la vacunación es algo de lo que muy pocos países han escapado. Las vacunas requeridas cuestan y quien no tiene con qué, tardará en conseguirlas. Son varios los lideres que han solicitado la liberación de las patentes, Joe Biden recientemente, y alguien al que sí pudieran hacerle caso… aunque la respuesta ha sido: “Y tu paleta… ¿de qué la quieres? 

Por otro lado, no sabemos cuánto tiempo durará la inmunidad que la vacuna nos pueda proporcionar. Un lapso en el que todos están de acuerdo, es el de seis meses. A partir de ahí… agárrate chiquitito. Otro lapso en el que también todos están de acuerdo, es que después de un año, nadie responde chipote con sangre. Parece ser que con el SARS-CoV-2, deberemos adoptar en el futuro, el mismo patrón que para la influenza estacional: vacunarnos todos los años.  

Los casos de re-infección son una interrogante. Si lo anterior es motivo de preocupación a nivel global, para muchos expertos, la estrategia utilizada por las autoridades mexicanas adoleció y adolece de dar adecuado seguimiento a los casos (sean estas infecciones ortodoxas, las hipotéticas re-infecciones y los bien documentados casos de COVID-19 prolongada). 

La relajación en las medidas de protección es también un frente descuidado y muy evidente en nuestro medio. La vacunación ha generado una falsa seguridad. Los CDC de nuestros vecinos del norte han generado recomendaciones para su población que en mucho pueden ser aplicadas en nuestra realidad (https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/fully-vaccinated-guidance.html). Circula en internet un informe técnico fechado el 27 de abril (copia de las recomendaciones del CDC), pero la Secretaría de Salud no lo ha hecho público oficialmente (https://cn.reuters.com/article/factcheck-salud-cubrebocasrecomendacione/fact-check-secretara-de-salud-en-mxico-sigue-recomendando-uso-de-cubrebocas-sin-importar-estado-de-vacunacin-idUSL1N2MT1GF).

Solo resaltaré un punto de lo mencionado en dichas recomendaciones: “…Usar mascarillas bien ajustadas en lugares cerrados…” cada vez son menos las personas que no usan cubrebocas, y cuando lo usan, no están bien ajustados (parecen calzones guangos), están mal puestos o el que utilizan se los trajo Santa Claus de regalo en diciembre pasado. Un colega me decía semanas atrás: “el concepto sana distancia es algo que no se nos da…”  

Todos queremos que esto se termine. No puede negarse que cada vez hay más inmunidad colectiva. Conseguirla ha tenido un costo impresionante en vidas humanas (todo un tema). La luz al final del túnel aún está lejana, por lo que creo que lo que mi querido amigo piensa, al día de hoy es una quimera, y si no hacemos lo debido, puede que nos vaya a pasar lo mismo que puede pasarle a los juegos olímpicos por segunda vez. 

Tendré que decirle lo que Djimon Hounsou (Juba) cita al enterrar en el circo romano los monitos de Russell Crowe (Máximo Décimo Meridio) en la multipremiada película de Ridley Scott: Será… pero no hoy. 

Salud y paz.

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