Gira 19 de AMLO a Sonora, entre reclamos y esperanzas

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Concluyó la gira de tres días que realizó el presidente de la República con una agenda eminentemente indigenista en Sonora en la que supervisó los avances en los planes de justicia para las etnias yaqui y seri, anunció planes similares para los indígenas mayo y guarijío, y comprometió recursos para municipios serranos.

De la dispersión de recursos para las etnias que significan estos planes de justicia ya se ha consignado en este mismo espacio durante los días de la gira, que no estuvieron exentos de algunos desaguisados, como el suscitado en Cajeme durante la ‘mañanera’ del viernes donde hubo molestia de algunos reporteros sonorenses porque no se les dio la oportunidad de preguntar sobre temas que consideraron de interés para las audiencias locales.

Fuera de eso, la gira concluyó sin mayores sobresaltos, aunque no sin reclamos por parte de las comunidades indígenas, cuyas ancestrales demandas han sido postergadas una y otra vez por sucesivos gobiernos, y eso lo plasmó muy bien la regidora étnica de Desemboque, Gabriela Molina Moreno que, sin dejar de agradecer que por primera vez desde 1975 un presidente llega hasta su pueblo, fue lapidaria en su discurso:

“El gobierno ya no nos persigue para aniquilarnos pero nos sigue matando la pobreza. El racismo que persiste se traduce en insuficiencia de servicios médicos, mala calidad del agua que llega a nuestras casas, en la falta de respeto a nuestros derechos más elementales”, dijo.

El gobernador Alfonso Durazo acompañó al presidente durante toda la gira, y particularmente en la comunidad seri ponderó algunas de las obras del plan de justicia para esa etnia en el que destacan una planta desaladora, un parque fotovoltaico, biodigestores y obras en la red de agua potable, un tanque elevado y la rehabilitación de un pozo. El plan proyecta inversiones para caminos por más de 384 millones de pesos, y 126 viviendas ya construidas mediante un programa que contempla ejercer 45 millones de pesos más este año.

En territorio yaqui, fue notable la insistencia del presidente en sus llamados a la unidad de la etnia, pues desde hace décadas la división de sus pueblos y autoridades han sido un obstáculo para el avance de los programas en favor de sus comunidades, aunque en el caso del Plan de Justicia para esta etnia se informó que ya se han entregado 29 de las 37 obras de equipamiento urbano, y hay avance del 79 % en obras de saneamiento y agua, además que para julio se espera la entrega de 30 mil hectáreas de territorio a los yaquis, correspondientes al distrito de riego 018 incluido en el plan.

Entregar un distrito de riego en pleno mes de julio y en medio de la prolongada sequía que está comprometiendo no solo la actividad agrícola y pecuaria, sino hasta el consumo humano no parece ser la mejor de las ideas, pero así está proyectado en el plan.

Este es un tema que sin duda dará mucho de qué hablar en los meses por venir, porque particularmente lo relacionado con el agua en el Valle del Yaqui ha sido siempre motivo de polémica cuando no de serios conflictos. Y en estas fechas el tema está en la agenda no solo en aquella región, sino en todo el estado, incluyendo la capital, Hermosillo, donde comienza a sentirse el efecto de la sequía y menudean las quejas por deficiencias en el servicio.

En descargo hay que apuntar que hubo durante la gira varios anuncios importantes que tienen que ver con la solución de añejas demandas, también de la región serrana, que fueron entregadas por el gobernador al presidente, que de entrada anunció la entrega de 50 millones de pesos para cada uno de los nueve municipios beneficiados.

II

A ocho meses de iniciada la actual legislatura local, propios y extraños coinciden en que se han marcado algunas pautas que la distinguen de las que le antecedieron, particularmente de la inmediata anterior, signadas por el conflicto, los bajos márgenes de productividad y la permanente sospecha de que, para sacar adelante algunas iniciativas (o frenar otras) lo que primaba era el sonoro rugir del cañón… ese cuyos disparos nadie aguantaba, en la antiquísima lógica del General Obregón.

El punto es importante, porque ya sin los cañonazos de 50 mil (para seguir con la alegoría obregonista, pero a precios actualizados) desde Palacio de Gobierno, las dificultades para alcanzar acuerdos tiene que ver más con el talento, la capacidad de negociación, el arte de la política.

Claro que ha habido desencuentros y discrepancias, naturales en el ejercicio legislativo pero hasta hoy no hemos asistido a espectáculos -algunos bochornosos-, que observábamos en el pasado y no son pocas y sí muy importantes las iniciativas, acuerdos, decretos en los que se advierte la unanimidad y el consenso.

Y en esto tiene mucho que ver el desempeño de diputados y diputadas más cuajadas en el ejercicio político y legislativo; algunos con la experiencia de haber pasado por otras legislaturas y cargos de elección o puestos de gobierno. Son vari@s quienes refrendaron en las urnas su encargo en el Congreso y ya van para su cuarto año, lo que sin duda les ha permitido superar la curva de aprendizaje y estar mucho más familiarizado con los temas y las técnicas requeridas para su trabajo.

Los hay en todos los partidos políticos y especialmente en las coordinaciones parlamentarias, pero sin duda y por razones obvias quien se encuentra bajo una mayor exposición y escrutinio público es quien coordina la bancada mayoritaria, en este caso la de Morena, a cargo de la cajemense Ernestina Castro Valenzuela.

Reelecta en su distrito con más del doble de los votos obtenidos por su más cercana competidora, de la Alianza Va por Sonora, Castro Valenzuela repitió también en su encargo de la coordinación parlamentaria, y a diferencia de aquel primer ejercicio en el que se notaba visiblemente hostil y muy proclive a la confrontación, en la actual legislatura ha venido sacando adelante el trabajo tanto al interior de su bancada como con sus aliados y sobre todo, con legisladores de partidos opositores.

La diputada tiene un carácter recio y no es, ciertamente, el tipo de personas que va por el Congreso repartiendo sonrisas y apapachos pero, también ciertamente, no fe reelecta ni como diputada ni como coordinadora, para eso, sino para sacar adelante las propuestas legislativas de su bancada y, cual suele suceder dada la nueva correlación de fuerza políticas en el estado, las del gobierno que encabeza Alfonso Durazo Montaño, un tipo bastante pragmático que le da mucho valor a los resultados.

Y los resultados hasta ahora han sido muy buenos. Ninguna de sus iniciativas se ha atorado, muchas han salido por unanimidad y otras en medio de discrepancias naturales pero sin rupturas.

Eso, desde luego se debe a un buen ejercicio de la política desde la coordinación de la bancada mayoritaria y, también naturalmente eso ha despertado algunas maledicencias hacia la coordinadora que, sin embargo ha dado muestras de que no le preocupan más allá de lo necesario.

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